sábado, 23 de junio de 2012

UNA VELADA MÁGICA QUE NADA BORRARÁ DEL ALMA 
Desde la noche del Mineirao que no lloraba tanto. Cuántos recuerdos, la puta. Y qué partido del artista, con 6 ó 7 pases al pie de 40 ó 50 metros, lujos por doquier, despliegue, elegancia, garra y corazón. Una victoria anecdótica contra el dignísimo Olimpo, que no merece ni una línea de análisis por obvias razones. 
La ovación que le tributó la cancha llena al pisar el campo, esa apoteosis al ser reemplazado en el final. Sabella con bufanda albirroja y su cuerpo técnico, en una presencia demasiado significativa. El llanto de casi todos, la conmoción generalizada que se mezclaba con los primeros retazos de la nostalgia. El brazalete de Old Trafford como ofrenda de la mística. Y la camiseta Nº11 que ya no se usará más en el Pincha, como un símbolo de algo irrepetible, a la usanza de las grandes ligas norteamericanas de basquet o beisbol.
Me quiero quedar con su "Vamos Pincha carajo!!!" del final, cuando lagrimeaba y estaba francamente quebrado. Con su "los quiero mucho a todos", genuino y emotivo.
Con su llamado a los suplentes para posar todos juntos antes del partido, en la tradicional foto del once titular.
Y con esa vuelta olímpica pausada y cansina, donde el gladiador, maltrecho, circundó el perímetro de la gloria y recogió su siembra.
Gracias Sebastián!!!